Hace unos meses mi chica me informó que ya no pensaba volver a depilarse el pubis; de ahora en adelante, tendría que follarle su coño en plan salvaje. Yo no estaba muy convencido, siempre había follado con tías con coños depilados, así que le hice prometer que si la cosa no funcionaba, volvería a tirar de la cera. Sin embargo, en cuanto lo probé quedé totalmente encantado, era una pasada frotar mi pubis con el suyo, y sentir su pelambrera contra mi vientre. Ahora estoy totalmente enganchado a su chocho peludo, y ella, la muy puta, lo sabe. Así que en cuanto me ve aparecer, me provoca mostrando sus braguitas, y bajando el elástico para mostrarme ese felpudo que cubre su sexo.