Yo ya sabía que mi novia era una putilla cachonda muy capaz de ponerme los cuernos a la primera de cambio, pero ¿qué me dices de mi amigo? Que es un cabrón como mínimo, aunque al final resultó que el de la cornamente fui yo. Y es que como cada verano me iba de campamento juvenil como monitor, y dejaba a mi novia universitaria un mes sola; fue entonces cuando el cerdo de mi amigo se lanzó por ella, y ella no tardó en levantar su minifalda y entregarle su coño caliente. Incluso se la chupó con entusiasmo, aunque en vez de tragarse su semen acabó con su corrida en las tetas.