Cuando este matrimonio empezó a tener problemas en la cama, no dudaron en acudir a terapia sexual para que les ayudaran. Los recibió este doctor, un negro cachas con cara de profesional, sí; pero de lejos se veía que la belleza de la morena casada lo había impactado. Tras escucharlos y analizar la situación, llegó a una curiosa conclusión, y les dio su tratamiento: el marido tenía que actuar como voyeur. Como no parecía entenderlo, le puso un ejemplo práctico: el doctor se tiraría a su mujer sobre el sofá de la consulta, y él miraría y aprendería. Parece que la solución a sus problemas, según el terapeuta aprovechado, era polla negra para la esposa, y unos hermosos cuernos para el marido.